jueves, 3 de diciembre de 2009

Otra vez.

Mi hermana está decepcionada de la vida. Del país que le tocó, de la descomposición social que nos azota. Este año, que ha sido particularmente malo para los míos, ha sido peor para ella. Y es que hace unos 7 meses le robaron la camioneta a su novio en la puerta de mi casa y se la llevaron a ella, pero como no eran unos malandros tannn malos la dejaron bajarse a la mitad de la cuadra. Después, en julio, la linda parejita y otros dos amigos tuvieron un accidente en Tucacas en el que casi pierden la vida o la vista o la movilidad o la juventud, pero sólo perdieron el carro que (aunque no era suyo porque el suyo se lo habían robado menos de dos meses antes) iba manejando el novio de mi hermana. Salieron de eso y recuperaron poco a poca la confianza, la ilusión, la sonrisa, las ganas (aunque en octubre 11, justo un día después de mi 30 cumpleaños la vida nos golpeo con un bate de hierro en la cabeza, pero eso es otro cuento, que nada tiene que ver con tragos o choques o inconsciencias post celebración) y el novio de mi hermana hasta volvió a tener carro, otra camioneta, una mucho más grande, más bonita, más cara, más todo que la anterior. Hasta ayer. Y es que anoche de golpe y porrazo la vida (no, la vida no, la delincuencia galopante de este país del sur que se va a quedar sin próximas generaciones porque a toda la gente en edad reproductiva la están matando)volvió a sacudir al pobre Carlos: seis tipos armados hasta los dientes lo emboscaron entrando a su casa, lo golpearon y le quitaron el carro y el celular. Y aunque yo digo que menos mal que no les dio por meterse a la casa, vaciarla, violar a las hermanas, matar a alguien o pare usted de contar, Diana, mi hermana, dice que eso no es así, que no habrán matado a nadie pero que a ella le arrancaron otro pedacito de vida. Que no quiere vivir más aquí, que no se siente segura en ningún lado, que si le llega a pasar algo o alguien se antoja de ella otra vez, se mata. Que ya no puede más, que es demasiado, que es una carga muy pesada para 21 años que aún no termina de estrenar.

2 comentarios:

  1. Mariana. Antes que nada. Bienvenida a la Blogosfera. Es un mundo fascinante. Yo tengo ya un tiempillo y de verdad que por más Delia Fiallo que suene, sin darme cuenta, me cambió la vida.
    Qué terrible lo que cuentas de tu hermana y su novio. Así está este país, yo me pregunto, cuándo vamos a reaccionar? Y qué hará que reaccionemos. Porque si las cantidades de vidas que se pierden, de una forma u otra no son suficiente...entonces qué?

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  2. Gracias, Clara. La verdad es que cada vez nos queda menos país, pero tenemos que defender con uñas y dientes los restos. Y lo del blog era una deuda conmigo desde hace rato y hoy así de repente lo hice, de esa forma inesperada como suelen surgir las cosas maravillosas en la vida. Siempre leo el tuyo...escribe tu novela!

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