miércoles, 8 de febrero de 2012

Yo voto duro

Hace tiempo me alejé del gentilicio. Me pesa desde hace años vivir en este país, haber nacido en este país, ser de aquí. La política se convirtió desde hace años en el hilo conductor de nuestras vidas, de nuestras decisiones, de nuestras conversaciones. Perdí la esperanza hace raaaato. La esperanza de tener un país diferente, de recuperar el que alguna vez tuvimos. El gobierno no sólo nos ha arrebatado cosas, momentos y personas irrepetibles, sino que nos ha confiscado también los intangibles. La esperanza, algunos sueños, muchos ratos felices. La delincuencia avanza al paso de la más rápida de las gacelas, la justicia hace rato nos abandonó y no hay institución que funcione al sol de hoy. Incluso el proyecto de vida de muchos ha sufrido golpes de timón inesperados gracias a la situación del país, producto de la pésima administración del gobierno actual.

Se aproximan las elecciones primarias, esas que definirán al candidato que va a enfrentarse, a medirse, a ser el contendor de la peor pesadilla que ha tenido Venezuela jamás. Aunque estoy en el club de los optimistas, veo muy complicado el panorama después de eso. Las elecciones presidenciales de octubre próximo serán complicadas. La trampa, las marramucias y el dinero juegan a favor del otro equipo, del otro país, ese que yo no conozco, que no es el que vivo y padezco a diario.

Sin embargo, quiero pensar que no todo está perdido. Que las cosas pueden cambiar, de verdad. Que la victoria no es inalcanzable para nosotros. Que podré volver a plantearme mi vida aquí, en lugar de buscar de modo desesperado y al precio que sea la posibilidad de construir un futuro en otro lado. Por eso voy a votar este próximo domingo, y el 07 de octubre. Porque quiero creer que no todo está perdido. Y esa esperanza, ese no quemar las naves todavía, ese mañana mejor posible me lo ha transmitido una mujer. Una mujer a la que respeto y admiro. Una mujer que desde mi punto de vista se merece nuestra confianza, nuestro respaldo y nuestro voto. Creo que ella puede cambiar la situación actual. Creo, y espero, que pueda quitarme el sobresalto que me invade cada noche, incluso en mi casa, ese miedo constante. Quiero renunciar al miedo, al susto a la paranoia. Quiero creer en una nación de ciudadanos honestos, y desechar la actual, comandada por delincuentes. Quiero recuperar la tranquilidad y la confianza en mi país. Quiero sentirme orgullosa de mi nacionalidad, en lugar de añorar o envidiar la de otros.

Por eso voy a votar duro. Por eso me voy a restear. Porque tiene las competencias, la preparación, el coraje y la valentía que se requiere. Por eso voy a votar por María Corina Machado el domingo 12 de febrero.

Te voy a dar mi voto porque confío en ti.