lunes, 25 de octubre de 2010

La tesis

Tomé la decisión de terminar (o más bien empezar, o terminar de empezar) mi tesis de Maestría. En eso ando, pero pierdo tan fácil el impulso. Pasé dos semanas o más bien semana y media fajada, pero la semana pasada no hice nada y la fecha clave es 15 de diciembre. Tengo que “subirle dos” o tres o seis a las ganas, a la disciplina y a la determinación. Logro todo lo que me propongo, sé que puedo…pero me invade un desgano tan grande a veces.

Terminar esa tesis es algo que necesito a nivel personal, tengo que cerrar ese ciclo, continuar, nadie me lo pide ni me lo exige, nadie aparte de mí. Es algo en lo que pienso constantemente. Confieso que también me he paseado por la idea de dejar eso así, pero cuando pienso en la plata y el tiempo que invertí en ese postgrado, siento que me lo debo, que tengo que entregar ese requisito, agarrar mi título, quitarme ese peso de encima y sonreír. Sobre todo pesa en esa balanza el tiempo, los dos años yendo a la católica en la noche. Aquella noche tardísimo en la que salí volada del Centro Médico a la UCAB para no perder la nota de una exposición, de los dos diciembres reuniéndome y trabajando tanto. Invertí demasiado tiempo y esfuerzo. Hay que terminar esa tesis. He dicho.