martes, 26 de enero de 2010

LEO LEO LEO LEO!

Hay gente que en estos días no hace más que decir que qué bolas tienen algunos de estar pendientes del béisbol mientras el país se cae a pedazos y tal, que el venezolano no quiere a su país y una sarta de pendejadas a las que no les paro ni media bola. A esa gente le digo que debería más bien ir alguna vez al estadio y ver cómo la gente se comporta, se relaciona, se emociona y vive el momento. Yo creo más bien que lo que pasa en el estadio (con algunas excepciones, como en todo) es lo que debería replicarse a escala nacional. Ver lo que sucede ahí entre caraquistas y magallaneros es una muestra de respeto, cordialidad y civismo que al parecer sólo se encuentra en ese lugar mágico en el que hasta se acabó la guachafita de estarle echando las cervezas encima a los demás y estar fumando y obligando al de la silla de l lado a calársela. No señor, puedes echarte tus palitos pero sin molestar al otro, sin mojarlo, sin bañarlo y por supuesto que puedes nebulizarte, pero en una zona destinada para eso. La pelota criolla saca lo mejor de los venezolanos. Es muy simpático ver a hermanos, primos, amigos, padres e hijos que van juntos al estadio y disfrutan el juego y gozan un puyero aunque cada quien tenga la camisa o la gorra o el vaso o tenga el corazón en el equipo contrario. Esa es la Venezuela que yo quiero. No quiero la que tengo ahorita ni tampoco la que me dicen que sería mejor, pero en la que se arrechan porque entre tanta vaina y tanto peo uno se sienta orgulloso de ser venezolano y de celebrar el deporte nacional. Esa no va. Y Caracas campeón no joda!

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