viernes, 22 de enero de 2010

¿Me estoy poniendo vieja?

He leído hasta la saciedad que debemos cuidar nuestra piel. Que debemos protegernos de la exposición solar y sobre todo que debemos hidratarla y humectarla. La verdad yo nunca he sido fanática de las cremas y hasta los veintitantos agarraba unas insolaciones espantosas y se me pelaba horrible. Mi abuela y mi tía siempre me repetían "niña eres demasiado blanca y eso no está bien, no sabes lo que haces, cuídate". Y yo "ajá". Sinceramente desde hace varios años soy súper cuidadosa cuando voy a la playa y me protejo muchísimo del sol. Aunque en mi vida diaria no le paraba mucho al asunto. Hablo en pasado porque hoy comencé algo que espero poder convertir en costumbre, rutina, hábito. Estrené esa crema para la cara que tanto quería y que mis hermanos me regalaron en diciembre y me coloqué crema humectante en todo el cuerpo. La verdad no fue para nada desagradable no me quedé empegostada ni tuve que esperar dos horas para vestirme. Me fue súper bien y hasta me gustó. Algunos dicen que ya no soy ninguna carajita y que tengo que pararle bolas a esas cosas, otros que es imperativo cuidar la piel por las arrugas y tal. Yo creo que no es cuestión de edad ni nada obligado. Pienso que a cada quien le llega el momento de hacer las cosas. La vida te lo enseña, el cuerpo te lo pide o simplemente tomas la decisión. Yo no sé, a mi me ha dado por pensar que así como cuidamos nuestra alimentación, algunos tratamos de reducir el consumo de grasas y carbohidratos, y nos cuidamos las uñas, el pelo, los codos y los talones por qué no pararle bolas también al órgano más grande que tenemos. Ojalá me dure y no sea sólo una fiebre. Ya les contaré.

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