martes, 1 de marzo de 2011

Piezas


He llegado a la conclusión de que a veces en las historias, en la vida, hay piezas que faltan. Piezas que nunca existieron o que desaparecen para siempre y aunque uno se empeñe en encontrarlas o se cuestione una y mil veces qué sucede, simplemente no aparecen. Tal vez por eso, por ese necio empeño en encontrarlas, hay situaciones, acciones y escenas que se repiten de manera permanente. Y muchos pensarán que es que hay algo que aprender y no hemos dado con el qué, otros más soñadores se pasearan por la idea de que hay historias que se quedan abiertas de por vida y que serán siempre importantes y algunos otros simplemente se frustran al concluir que algo en ellos falla para no poder cerrar el ciclo, la historia, el circulo, el vicio. Es un asunto complicado, sin duda. Sin embargo creo que es sólo cuestión de tomar una decisión. Es absurdo dedicar la vida a un asunto tan puntual. Hay que aprender a pasar la página, a perdonar, a olvidar y desechar las esperanzas por eso que no fue. Sí, suena más fácil de lo que es, pero no se trata de algo imposible. De verdad siento que hay que ir, como leí por ahí alguna vez, lo más ligero de equipaje que se pueda. Tratar de ser feliz y no anclarse en la desdicha, el sufrimiento, la duda ni el dolor. Y las historias inconclusas, abiertas, hirientes, pesan demasiado. Son una carga muy grande y fastidiosa. Hay que soltar sin volver la cara y seguir adelante.

Entendí que no todo tiene un por qué, una explicación, hay cosas que simplemente pasan. Pero teníamos una vida antes de eso, no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario