martes, 21 de septiembre de 2010

Hermano

Siempre he sentido por ti una especial debilidad. Te quiero tanto. Contigo aprendí lo que significa la palabra hermano. Contigo entendí cuánto se puede amar a alguien y lo segura que me puedo sentir con alguien. Estos años han sido maravillosos y todo lo que hemos aprendido y experimentado juntos, esos golpes que también juntos hemos recibido y de los que nos hemos levantado tantas veces, esos secretos que sólo tu yo conocemos, esas risas, todo ese amor que nos hemos regalado es sólo nuestro. Hoy te veo a punto de empezar a vivir la vida en serio, te veo tan grande, tan hombre y repaso en mi memoria nuestra infancia, tus locuras, porque siempre has estado medio loco, te veo tan chiquito saltando en la cama, corriendo con un yeso por todos lados, como ibas y venías gordito y sudado, como eras de acuseto, cómo te aburrían a veces las clases de violín, sonriente, callado, trasquilado, flaco, deportista. Recuerdo cómo bailábamos cuando éramos más chamos, cómo te alcahueteé tu primera novia, lo cruel o lo patán que fuiste alguna vez conmigo, lo maravilloso que eres, el gran hermano que siempre has sido, cómo me cuidaste y cómo te dolió aquella vez en la que creíste que me perdías, cómo defiendes lo que quieres y tengo la certeza de que aunque te mudes de país, de ciudad o de planeta, nuestra familia y nuestro amor es indestructible. No hay tiempo ni distancia entre nosotros.

Sólo puedo pensar en todo lo bueno que te aguarda, en toda la dicha que aún no descorchas y en la felicidad que te espera juiciosa en tu nueva vida de casado.

Con amor,

Tu hermana mayor

2 comentarios: