martes, 2 de octubre de 2012

No le eche cuentos al que sabe historias

Creo que la votación del domingo 7O es la más importante a la que hemos asistido los venezolanos en la historia reciente de Venezuela. Todos los que estamos habilitados para ejercer ese derecho y ese deber ciudadano estamos obligados a hacerlo. Yo no veo que llegue la hora de estar parada enfrente de la maquinita y votar por el país que sueño, ese que creo que es posible y que es tan distinto al que padezco a diario. 

Mi hermano, sólo por citar un caso cercano, vive en Panamá y desde el año pasado tenía planeado venir a votar, pero logró inscribirse allá. A pesar de los obstáculos que les pusieron en el Consulado, que si sólo inscribían los viernes y los lunes y si ibas el lunes te decían que vinieras el viernes y viceversa, etc., él y su esposa se inscribieron. 

A pesar de trabajar en una compañía que no se caracteriza precisamente por estar dando permisos y aceptar que la gente se ausente de su silla para atender asuntos personales, lo lograron. Les costó, pero lo lograron. Así que no le echen cuentos al que sabe historias. 
 
Los que no se inscribieron y no van a votar, ni aquí ni allá ni en la conchinchina es simplemente porque no les dio la gana. Porque se sienten espectadores y no protagonistas. Porque se fueron y se olvidaron de la Patria, pero la vida da muchas vueltas. Eso es lo que no deberían olvidar.